La ficha escogida para la puesta en práctica de la actividad se titula “Nuestra vida en juego”, facilitada por el compañero Enrique Núñez.
Los objetivos de la actividad son los siguientes:
- Fomentar la convivencia positiva del grupo, mejorando con ello el
proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Trabajar la motivación y la cooperación desterrando la desidia y la
competencia.
- Implicar al alumnado en la disciplina positiva y en el compromiso
colectivo.
- Luchar por la integración e inclusión de todos nuestros alumnos
atendiendo a la diversidad.
Estos se corresponden con algunos de los objetivos principales que presenta la materia Educación para la ciudadanía y los derechos humanos, impartida en 3ºESO, por lo que las aportaciones de esta actividad han servido para cumplir con algunos de los criterios y propósitos de la asignatura, especialmente en la unidad en la que se ha puesto en práctica dicha actividad, dedicada al cumplimiento de las normas, la reflexión sobre la justicia sin la aplicación de leyes y los casos en los que estas no se cumplen, alegando razones éticas, morales, ideológicas o religiosas.
La actividad se ha desarrollado durante dos sesiones en las que además de llevar a cabo las pautas diseñadas en este ejercicio, se ha generado a su vez un debate entre el alumnado que ha desembocado en la reflexión sobre la viabilidad o no de los castigos cuando las normas no se cumplen, y cuáles podrían ser lo adecuados conforme a la falta cometida, e incluso qué acciones podrían sustituir a los mencionados castigos.
La actividad consiste en diseñar una serie de normas de comportamiento y actuación por parte de todo el alumnado, partiendo de una puntuación básica e igualitaria, de la que se irán restando puntos, siempre a través del consenso, cuando estas se incumplan.
Gracias a la realización de esta actividad se han planteado propuestas entre el alumnado, que, en su totalidad, reconoce la necesidad de sancionar a aquellos/as que incumplan o transgredan las normas establecidas, incluso en los casos personales mencionados, concretados en algunos de ellos/as, lo que promueve una interiorización de la disciplina y el correcto comportamiento a través del respeto por parte del alumnado al exponerse racionalmente los argumentos planteados. Todos/as coinciden en la necesidad de la educación y el aprendizaje como motores del cambio hacia una convivencia pacífica.
La actividad se ha llevado a cabo en el grupo de 3ºB, quien además de seguir la dinámica detallada en la ficha que nos ha servido de modelo, ha visto reforzada su actuación y la consecuente reflexión a través de un texto leído en clase, siguiendo el formato del cuento, acerca de los temas tratados, comentados anteriormente, en relación al cumplimiento de las normas y la viabilidad o no de aplicar los castigos correspondientes ante las faltas cometidas.
En conclusión, dado el carácter práctico de esta materia y los objetivos que persigue, especialmente en cuanto a convivencia positiva se refiere, podemos decir que la actividad elegida ha cumplido con su función en la medida en que ha conseguido poner de manifiesto entre el alumnado la reflexión sobre la necesidad de cumplir con las normas que ellos/as mismos/as han establecido en aras de establecer relaciones pacíficas, cooperadoras y respetuosas en el aula, para que estas actitudes puedan ser extrapoladas a su propia vida, contribuyendo de este modo a la construcción de una sociedad más tolerante, justa y solidaria, a partir de la adquisición de estos principios y valores y su refuerzo en nuestras aulas.